Garcia Alloco,Pte.del Superior Tribunal sospechado
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- 23 de Noviembre de 2024
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PRIMERA PARTE
NOMBRADO POR LA DICTADURA LLEGA A DIRIGIR LA JUSTICIA DE LA DEMOCRACIA. DE CRIADOR BÚFALOS A JUEZ RECUSADO EN MULTIMILLONARIA HERENCIA APADRINADA POR SU ESPOSA SENADORA Y ABOGADA. ESCRIBE: JORGE ZAPATA
Carlos Francisco García Allocco, es el nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba.
Tiene 63 años y entró al Poder Judicial en 1970.
Fue asesor letrado y luego juez de Instrucción y Faltas en la ciudad de Bell Ville y desde 1991, fue vocal de la Cámara Civil, Comercial, de Familia y Trabajo de Marcos Juárez.
En la Afip figura como criador de ganado vacuno, bovino y búfalos
Su esposa, Norma Bermejo, es una conocida militante peronista de Marcos Juárez y, en 2003, ingresó como senadora nacional por Córdoba en reemplazo de Beatriz Halak.
García Alloco, dijo haber dedicado cinco años a la oficina de tasa de Justicia como vocal del superior tribunal.
–¿ Al cargo se lo propuso personalmente el gobernador De la Sota ? Se le preguntó.
“Me llamó personalmente el gobernador. Seguramente habrá entendido que mi historia de dedicación exclusiva y desde lo más bajo del estamento judicial. Ha sido mérito para poder cumplir esta responsabilidad.”
–¿ Sería mejor si a los jueces del Tribunal Superior se los eligiera en elecciones más abiertas y se eludiera el peso de las amistades políticas ? Consultó el periodista.
“La Justicia no es única en el país, hay una Federal y una en cada provincia. En Córdoba ha habido lo que se ha denominado el “modelo Córdoba”, que ha tenido continuidad y trata de democratizar la Justicia.
Tener una formación jesuítica y en el Liceo Militar hace que uno tenga una mirada especial de lo que significan el compromiso y la disciplina, declaró García Alloco.
Frecuentemente, al que no le va bien dice que la Justicia es cómplice del poder de turno. No es el caso de Córdoba. Es un Poder Judicial conformado por lo que se consideró el mejor perfil de juez.
El nuevo presidente del Superior Tribunal de Justicia de Córdoba hizo silencio cuando se le preguntó si recordaba al último funcionario condenado por el fuero Anticorrupción.
Tras el silencio, García Alloco contestó: “La verdad, quisiera tener los números para emitir una opinión. En esa materia, sinceramente, sería absolutamente temerario en mi respuesta porque no tengo los números sobre de qué manera este fuero Anticorrupción trabaja.”
–¿Recuerda el nombre de algún funcionario público cordobés condenado en los últimos años?
– Bueno, me pone en...
–Porque eso hace también a la imagen de la Justicia.
–Realmente, me pone en la situación de averiguarlo y respondérselo.
SEGUNDA PARTE
La esposa del juez, Norma Bermejo de García Allocco, es una antigua dirigente justicialista de Marcos Juárez y hasta ocupó unos meses una banca en el Senado nacional, en reemplazo de Beatriz Halak, en representación de Unión por Córdoba.
El juez García Alloco, debe su designación como Juez de Instrucción en Marcos Juárez al "proceso militar" de los años 1976-1982 y seguramente "juró por el estatuto militar" de entonces.
Su cargo en Marcos Juárez fue a "dedo militar", como también de otros y que continúan en sus cargos y que provienen de la dictadura militar.
Se jubila un miembro del alto tribunal de estar altamente sospechado en su el época del proceso y ahora ingresa en su reemplazo, otro que juró por el "estatuto militar".
La democracia con olvido y sin sanción no debe ser así. En Córdoba, nada de esto ha cambiado en plenitud.
En otro sonado caso, el ahora Presidente del Superior Tribunal de Justicia fue recusado en el juicio por la herencia multimillonaria de Manubens Calvet. García Alloco fue recusado porque su esposa, la abogada Norma Bermejo de García Alloco, ex senadora nacional por el delasotismo apareció como apoderada de una heredera.
El juez García Alloco no se apartó de la causa en la que su propia esposa era abogada e una de las partes en un juicio por más de doscientos millones de dólares.
Los honorarios que cobraría la abogada Bermejo de García Alloco es un bien ganancial que obviamente compartiría con su esposo, el juez de la causa.
Era evidente y sin mayores explicaciones, deducir que el matrimonio trataría con el mayor esfuerzo defender intereses patrimoniales propios en el mutimillonario pleito.
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