Joven sobresaliente que dijo No al Conservadurismo cordobés
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- 25 de Abril de 2024
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En un contexto de mucha emotividad, aunque sin salir del marco de solemnidad habitual, la Bolsa de Comercio de Córdoba distinguió anoche a los jóvenes sobresalientes del año. La ceremonia, realizada en el museo Superior de Bellas Artes Evita-Palacio Ferreyra, estuvo encabezada por el gobernador José Manuel de la Sota y el presidente de la entidad organizadora, Horacio Parga.
Durante la ceremonia de premiación fueron distinguidos Cadena 3 Argentina, Grupo Osde Filial Córdoba y Banco de Córdoba, en agradecimiento a su acompañamiento en la realización de este certamen.
PRIMERA PARTE
EL JOVEN SOBRESALIENTE QUE DIJO NO AL CONSERVADURISMO CORDOBÉS. ESCRIBE: JUAN CRUZ TABORDA VARELA
El Premio Jóvenes Sobresalientes de Córdoba, ideado y llevado adelante por la Bolsa de Comercio de esta ciudad, comenzó a entregarse en 1978.
En esos mismos años, la entidad organizaba cenas de agasajo y agradecimiento a los generales Viola y Menéndez y explicaba el porqué de su apoyo al proyecto político, económico y cultural que cristalizaba, por entonces, el poder militar.
Desde que se comenzó a entregar el Premio, un amplio espectro de jóvenes hombres y mujeres –hombres más bien-, fueron galardonados bajo la amplia premisa de ser, precisamente, jóvenes sobresalientes.
Desfilaron, desde entonces, doctores en distintas ciencias, menores de 40 que habían sorprendido por un acto de arrojo, deportistas varios y futuros líderes políticos. Nadie dijo que no.
De la decena de jóvenes sobresalientes del 2010, uno –vaya la paradoja- sobresalió aún más: Leandro García Ponzo.
Sobresalía porque era el más joven: apenas 26.
Y sobresalió aún más porque desistió, con razones fundadas, de recibir tal galardón.
Antes de García Ponzo, pasaron por el estrado de la Bolsa, ‘sobresalientes’ como el Pichi Campana, Marcelo Milanesio y Santo Benigno Laciar.
Biólogos como Sandra Díaz, Romina Picolotti y Raúl Montenegro y una buena cantidad de noveles académicos.
Periodistas de la talla de Rebeca Bortoletto y Pablo Rossi y un buen número de economistas formados por la Fundación Mediterránea.
Y también el sempiterno Ignacio Cafferata Nores, el ex cavallista Prudencio Busto Argañaraz, el ex secretario general de la gestión Kammerath Rodrigo Agrelo y el joven Primero la Gente Sebastián García Díaz.
Hasta que llegó García Ponzo.
Leandro es mago –“la magia tiene la particularidad de despertar admiración o rechazo profundo, me parece fascinante, es un arte”, dice-, contabiliza unos 20 mil kilómetros hechos a dedo y es el creador del cine ambulante Cine x cepción –todos los sábados a la tarde proyecta películas en la plaza de barrio General Paz.
Además, es Licenciado en Filosofía y actualmente cursa el Doctorado en la UNC y en la Universidad 8 de París, en donde tiene como director a Alain Badiou, uno de los pensadores vivos más importantes de la humanidad.
Leandro, además es becario del Conicet, integrante de la Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba y cursa astronomía.
Estas cuestiones y otras –por ejemplo, haber traducido y prologado un libro de Badiou, que fue editado en España-, llevaron a una tía suya a proponerlo para ser un joven sobresaliente de la Bolsa de Comercio.
A su vuelta de una estadía por estudios en Madrid, lo llamaron para avisarle que estaba seleccionado. Y aquí comienza la historia.
SEGUNDA PARTE
“Fui a la reunión previa a la entrega de la distinción.
El presidente de la Bolsa y del Jurado, Horacio Parga, inició la elegante reunión diciendo: “ustedes son un ejemplo por sus méritos y los convoco a recuperar valores en desuso, bastardeados, como la familia y la vida”.
Leandro puso cara de desconcierto.
“Imaginénse: yo soy gay y además milito por los derechos de las minorías sexuales y estoy a favor de la despenalización del aborto”
El presidente de la Bolsa de Comercio nos preguntó porqué nos destacábamos.
Yo dije que me declaraba incompetente para hablar de mi mismo. Dije que tenía un cine, que hacía magia… Fue muy incómodo. Después el jurado se retiró y dijo que entre nosotros teníamos que seleccionar un orador. Y me propusieron a mi.
El deseo de rechazar el premio, no sólo por ese momento de incomodidad, sino por una serie de motivos políticos, estaba presente.
Leandro García Ponzo, pensó en aceptar convertirse en orador, recibir la estatuilla en el Palacio Ferreyra, gobernador incluido, y decir lo que pensaba.
Se fue, repensó, fernet y amigo de por medio y decidió renunciar.
“Llamé y avisé, la persona que me atendió no entendía muy bien, me dijeron que nunca nadie había renunciado, expliqué los motivos y en resumen les dije que yo no pertenecía a ese lugar”.
Leandro, fue abanderado de la Universidad Nacional de Córdoba.
La Bolsa de Comercio y sus integrantes, explícitamente vinculados a lo conservador en lo político y liberal en lo económico.
La Bolsa de Comercio de Córdoba apoyó sin miramientos la última dictadura militar y la transformación llevada adelante durante la década del 90’ por Carlos Menem.
La Bolsa de Comercio de Córdoba agasajó a Viola y Menéndez.
Utilizó la cercanía al poder de turno para favorecer negocios personales.
El ex Presidente de la Bolsa, Juan Carlos Viano, actual vocal e integrante del Jurado que elige a los Jóvenes Sobresalientes, ha sido mencionado como uno de los pocos argentinos privilegiados que pudieron sacar sus miles de dólares de los bancos horas antes de que se decretase el llamado corralito de 2001. Beneficios de haber sido amigo del poder de entonces.
Está claro que la Bolsa de Comercio elige como jóvenes sobresalientes a gente con proyección política del mismo palo conservador liberal… Agregan 4 ó 5 jóvenes académicos y alguno más con simbología de “pobre”.
Este año premiaron a una chica maestra de Chuña que hizo cosméticos a partir de la palma. Es maestra, mujer, pobre. Y pusieron a un bombero “por actos de arrojo”.
El corte está establecido: hay gente con proyección política, otras con alto rendimiento académico y otros que son pobres y son premiados ‘por actos de arrojo.
Dos mujeres sobre diez entre los premiados, y en el jurado, una sobre 10…”.
Es muy claro todo. Demasiado claro.
El Premio Jóvenes Sobresalientes de Córdoba, ideado y llevado adelante por la Bolsa de Comercio de esta ciudad, comenzó a entregarse en 1978.
En esos mismos años, la entidad organizaba cenas de agasajo y agradecimiento a los generales Viola y Menéndez y explicaba el porqué de su apoyo al proyecto político, económico y cultural que cristalizaba, por entonces, el poder militar.
Desde que se comenzó a entregar el Premio, un amplio espectro de jóvenes hombres y mujeres –hombres más bien-, fueron galardonados bajo la amplia premisa de ser, precisamente, jóvenes sobresalientes.
Desfilaron, desde entonces, doctores en distintas ciencias, menores de 40 que habían sorprendido por un acto de arrojo, deportistas varios y futuros líderes políticos. Nadie dijo que no.
De la decena de jóvenes sobresalientes del 2010, uno –vaya la paradoja- sobresalió aún más: Leandro García Ponzo.
Sobresalía porque era el más joven: apenas 26.
Y sobresalió aún más porque desistió, con razones fundadas, de recibir tal galardón.
Antes de García Ponzo, pasaron por el estrado de la Bolsa, ‘sobresalientes’ como el Pichi Campana, Marcelo Milanesio y Santo Benigno Laciar.
Biólogos como Sandra Díaz, Romina Picolotti y Raúl Montenegro y una buena cantidad de noveles académicos.
Periodistas de la talla de Rebeca Bortoletto y Pablo Rossi y un buen número de economistas formados por la Fundación Mediterránea.
Y también el sempiterno Ignacio Cafferata Nores, el ex cavallista Prudencio Busto Argañaraz, el ex secretario general de la gestión Kammerath Rodrigo Agrelo y el joven Primero la Gente Sebastián García Díaz.
Hasta que llegó García Ponzo.
Leandro es mago –“la magia tiene la particularidad de despertar admiración o rechazo profundo, me parece fascinante, es un arte”, dice-, contabiliza unos 20 mil kilómetros hechos a dedo y es el creador del cine ambulante Cine x cepción –todos los sábados a la tarde proyecta películas en la plaza de barrio General Paz.
Además, es Licenciado en Filosofía y actualmente cursa el Doctorado en la UNC y en la Universidad 8 de París, en donde tiene como director a Alain Badiou, uno de los pensadores vivos más importantes de la humanidad.
Leandro, además es becario del Conicet, integrante de la Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba y cursa astronomía.
Estas cuestiones y otras –por ejemplo, haber traducido y prologado un libro de Badiou, que fue editado en España-, llevaron a una tía suya a proponerlo para ser un joven sobresaliente de la Bolsa de Comercio.
A su vuelta de una estadía por estudios en Madrid, lo llamaron para avisarle que estaba seleccionado. Y aquí comienza la historia.
SEGUNDA PARTE
“Fui a la reunión previa a la entrega de la distinción.
El presidente de la Bolsa y del Jurado, Horacio Parga, inició la elegante reunión diciendo: “ustedes son un ejemplo por sus méritos y los convoco a recuperar valores en desuso, bastardeados, como la familia y la vida”.
Leandro puso cara de desconcierto.
“Imaginénse: yo soy gay y además milito por los derechos de las minorías sexuales y estoy a favor de la despenalización del aborto”
El presidente de la Bolsa de Comercio nos preguntó porqué nos destacábamos.
Yo dije que me declaraba incompetente para hablar de mi mismo. Dije que tenía un cine, que hacía magia… Fue muy incómodo. Después el jurado se retiró y dijo que entre nosotros teníamos que seleccionar un orador. Y me propusieron a mi.
El deseo de rechazar el premio, no sólo por ese momento de incomodidad, sino por una serie de motivos políticos, estaba presente.
Leandro García Ponzo, pensó en aceptar convertirse en orador, recibir la estatuilla en el Palacio Ferreyra, gobernador incluido, y decir lo que pensaba.
Se fue, repensó, fernet y amigo de por medio y decidió renunciar.
“Llamé y avisé, la persona que me atendió no entendía muy bien, me dijeron que nunca nadie había renunciado, expliqué los motivos y en resumen les dije que yo no pertenecía a ese lugar”.
Leandro, fue abanderado de la Universidad Nacional de Córdoba.
La Bolsa de Comercio y sus integrantes, explícitamente vinculados a lo conservador en lo político y liberal en lo económico.
La Bolsa de Comercio de Córdoba apoyó sin miramientos la última dictadura militar y la transformación llevada adelante durante la década del 90’ por Carlos Menem.
La Bolsa de Comercio de Córdoba agasajó a Viola y Menéndez.
Utilizó la cercanía al poder de turno para favorecer negocios personales.
El ex Presidente de la Bolsa, Juan Carlos Viano, actual vocal e integrante del Jurado que elige a los Jóvenes Sobresalientes, ha sido mencionado como uno de los pocos argentinos privilegiados que pudieron sacar sus miles de dólares de los bancos horas antes de que se decretase el llamado corralito de 2001. Beneficios de haber sido amigo del poder de entonces.
Está claro que la Bolsa de Comercio elige como jóvenes sobresalientes a gente con proyección política del mismo palo conservador liberal… Agregan 4 ó 5 jóvenes académicos y alguno más con simbología de “pobre”.
Este año premiaron a una chica maestra de Chuña que hizo cosméticos a partir de la palma. Es maestra, mujer, pobre. Y pusieron a un bombero “por actos de arrojo”.
El corte está establecido: hay gente con proyección política, otras con alto rendimiento académico y otros que son pobres y son premiados ‘por actos de arrojo.
Dos mujeres sobre diez entre los premiados, y en el jurado, una sobre 10…”.
Es muy claro todo. Demasiado claro.
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