PRIMERA PARTE
DESAPARECIDO FACUNDO RIVERA ALEGRE: ¿ DEL ESTADO
TERRORISTA AL ESTADO PENAL?. ESCRIBE: KATY
GARCÍA
madre, clama justicia.
José
Manuel de la Sota, responsable político máximo
de la seguridad de las personas, no habla del tema
y tampoco la recibe.
agenda, está en campaña presidencial”.
Algunas marcas discursivas sobre
los derechos humanos son elocuentes:
a sus hijos”, les dijo De la Sota a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, años
atrás.
la cárcel de barrio San Martín expresó que “los derechos humanos son para la
gente decente”.
instó a “terminar con los violentos” aludiendo la reacción de los estatales
frente a la represión y detenciones efectuadas por la Guardia de Infantería.
Rivera Alegre, era hostigado por patrullas policiales que le aplicaban el
Código de Faltas.
acuerdo marco con el Manhattan Institute de los Estados Unidos y con la
fundación Axel Blumberg, con la finalidad de aplicar la política de “limpieza”
promovida por el alcalde Rudolf Giuliani en Nueva York.
Carlos Medina cuando dijo que “prostitutas y limpiavidrios” debían ser
eliminados porque actuaban como “terroristas urbanos”.
lo denunció ante el Inadi.
a los hombres de azul a detener y palpar a cualquier persona “razonablemente
sospechosa” en la calle, encuentra en el Código de Faltas su razón legal.
SEGUNDA PARTE
“Facundo es robusto, extrovertido, alegre; es
de jugárselas y no le teme a nada ni a nadie. Trabaja en la construcción,
quiere estudiar arquitectura; no tiene problemas familiares ni económicos;
piensa hacerse la casita en un terreno de los suegros”, retrata su madre, desde
una vivencia extrema donde se entremezclan dolor, fastidio e impotencia.
se bañó, miró el programa Pasión de Sábado. Fuimos a la casa de la suegra,
cenamos todos juntos. Salió y al rato cayó a casa con tres pibes. Puso música
de la Mona, sacó hielo y tomaron vino con gaseosa”, cuenta.
la medianoche, cuando salían rumbo al baile donde tocaba la banda de Damián
Córdoba.
eso de las 10 cuando el sol partía la tierra pensó: “qué raro”.
iría a trabajar con ella al mediodía. No pasó mucho para que empiece, sola, a buscarlo
por comisarías, hospitales y hasta en la morgue. No quería preocupar a Micaela,
su mujer. Se fue a trabajar, con la esperanza de volver y encontrarlo. Nada pasó.
A las 48 horas, radicó la denuncia. Una amiga del joven lanzó la búsqueda por Facebook.
lo vas a ver”, dijo una voz y cortó.
versiones le fueron acercadas. Recién a los 34 días, apareció un pedido de
paradero.
arrestos, uno cada siete minutos” expresa el experto Horacio Etchichury.
que los obligan a detener un número equis de personas por día para engrosar las
estadísticas.
horas de recargo. “Es un modo de satisfacer los deseos de seguridad de una
franja social que ve a los pobres como amenaza y condena el trabajo sexual que
no es delito”, amplía el
investigador.
negocios ilegales organizados a gran escala no son posibles sin la protección
del poder político.
sufren las detenciones a diario y tienen terror a denunciarlas, mientras que
los jóvenes de clases más instruidas pueden denunciar y quejarse porque les
sucede una vez en la vida.
es una demanda que crece.
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