EL MAYOR ESCÁNDALO DE CHARLY GARCÍA EN CÓRDOBA EN UNA
DESCONTROLADA NOCHE DE DROGAS, ROCK, CUCHILLAZOS, CHOCLOS, ESCUPITAJOS,
INSULTOS Y VIOLENCIA DEL ARCHIVO HISTÓRICO Y PROPIO DE AUDIOVISIÓN.
Hubo un tiempo en que La Falda era sede del festival anual
de rock más importante del interior argentino.
Su última edición (la de 1987, aunque después habría otro,
sin tanta mística, en 1992) terminó en escándalo.
Patricia Sosa y el grupo La Torre intentó calmar al público.
“A ver, ¿qué les pasa? ¿Tienen el culo entumecido?”, provocó
Patricia Sosa en minifalda, y su actitud de mujer fatal aplacó los ánimos, cosa
que no había conseguido nadie.
Charly García apareció en la trastienda del recital de La
Falda sin haber sido invitado ni contratado, ni siquiera anunciado su
presencia.
García tocó con una banda improvisada que armó entre
bambalinas (Ulises Butrón, el Negro García López, Cachorro López, Fernando
Samalea, Fabiana Cantilo e Hilda Lizarazu).
Estrenó “No voy en tren, voy en avión” en una versión
lamentable por la improvisación, el estado de Charly, el clima violento del
público, el desorden técnico, de instrumentos, micrófonos y sonido.
Se subió como polizón al escenario en medio del caos enfrentando
los escupitajos, los choclos, peleó con algunos descontrolados del público y
así como llegó sin ser invitado ni contratado, huyó luego de seis minutos de
escandalosa mini actuación.
Las vallas de seguridad habían dejado de cumplir su función.
Al día siguiente, un conflicto económico de la organización suspendió
la tercera fecha a último momento. La parte más radical de la concurrencia
decidió saquear el escenario: en un momento volaron los equipos y los
instrumentos.
Más allá de escándalos, La Falda fue escenario de ciertos
gestos de apertura mental para el rock de la época.
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