PRIMERA PARTE
HERMAN OLIVERSO,
EL SEÑOR DE LOS SUBSIDIOS. ESCRIBE: LÁZARO LLORENS
Herman Olivero,
actual secretario de Integración Regional de la Región Centro, es un “amigo del alma” del gobernador
José M. De la Sota.
Su relación es
tan profunda, que en el 2002, mientras el gallego se lanzaba su fallida carrera
presidencial de la mano de Eduardo Duhalde, De la Sota lo nombró gobernador
interino de Córdoba.
En el 2004,
Olivero, tuvo sus cinco minutos de fama, no como estadista, sino gracias al
programa ADN que develó como este “amigo del alma” del gobernador, tenía una
casa quinta, en las afueras de la ciudad, con cancha de futbol, cuya electricidad
era provista con los clásicos ganchos.
Justamente, por
estos ganchos de Olivero, que en ese entonces era ministro de Solidaridad de la
provincia, destaparon un escándalo que acabó con su renuncia, y su traslado a
la Siberia política de la Región Centro,
un ente de bajo perfil cuya función nadie sabe bien cual es.
En 1997, Olivero
fue imputado por malversar subsidios y usarlos para financiar una corriente
interna del Partido Justicialista que lideraba De la Sota, cobrando cheques
emitidos a nombres de personas carenciadas.
Todo comenzó en
1993, en el medio de una durísimas interna partidaria en la que se enfrentaron
De la Sota y Juan Schiaretti, hoy socios políticos, renombradas como "las
internas de la década".
Detrás de
Schiaretti estaba Domingo Cavallo, por ese tiempo superministro de Economía del
ex-presidente Carlos Menem.
Caballo-Schiaretti,
en pleno esplendor de la convertibilidad, pretendían hacer pie en Córdoba,
controlando el PJ, para pelear la gobernación de la Provincia en 1995 y de allí
Cavallo proyectarse como candidato para las elecciones presidenciales de 1999.
Con ese
propósito, el mingo, conformó la corriente interna Frejuco, y puso a la cabeza
a su conmilitón en la Fundación Mediterránea y amigo, Juan Schiaretti.
Esta maniobra fue
advertida por el entonces gobernador de Córdoba Eduardo Cesar Angeloz, quien
vió en Cavallo, un duro rival, dado que las encuestas mostraban al mingo con
una alta imagen positiva, hecho que podía poner en jaque su hegemonía política.
Por eso, por
aquello de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo, Angeloz no dudó en
"cruzar el charco" y meterse lleno en la internas del PJ, apoyando la
lista de De la Sota denominada MUP (Movimiento de Unidad Peronista) que algunos
con sorna renombraron como “Movimiento de Unidad con Pocho”.
Schiaretti
acusó públicamente a Angeloz de haber
"bancado" a De la Sota "en la interna" y apoyarlo a través de algunos medios
radicales entre los cuales figuraba a la cabeza la Radio LV2, propiedad por ese
entonces de José Orestes Gaido un testaferro del ex-gobernador Angeloz.
Además, se
comentó, que numerosos dirigentes peronistas recibieron créditos del extinguido
Banco Social, de más de 25 mil dolares, que de antemano sabían que no iban a
ser devueltos.
SEGUNDA PARTE
Mientras la
corriente de Cavallo-Schiaretti declaró
haber gastado medio millón dólares, De la Sota-Angeloz apenas gastaron 12 mil.
Fue así como el
delasotismo desesperado, a una semana de disputarse las internas, no tuvo mejor
idea que echar mano a los subsidios de
5.000 pesos, que cada diputado tenía
asignados mensualmente y que debían ser otorgados a personas carenciadas.
Según lo
denunció el diario "La voz del
Interior", hoy encolumnado detrás del delasotismo, el autor de tal estafa
fue Herman Olivero, por entonces diputado provincial.
“Entre el 27 y 28 de julio de 1993 se libraron
numerosos cheques supuestamente destinado a personas necesitadas por sumas que
oscilan entre 200 y 500 pesos.
Aunque los
cheques fueron confeccionados por computadora a nombre de distintas
personas se les agregó a continuación y
a mano la leyenda "Herman Olivero" y fueron cobrado por este"
denunció La Voz.
“De esta
forma...se abrían arrimado fondos extras a la interna del justicialismo,
realizada en agosto de ese año, por una suma que oscilaría en 80 mil pesos.
No se descarta
que algunos subsidios hayan sido cobrados por otras personas además de Olivero,
y por otras bancadas mediante un proceso similar" añadió la denuncia.
En 1997, el
fiscal Jesús Perez Sierra, abrió una causa penal contra Herman Olivero y el
dirigente Eduardo Nieva, también diputado delasotista, a quienes imputó por
defraudación calificada y falsificación de documento público.
A pesar que las
pruebas eran contundentes y había testimonios comprometedores de dos beneficiarios que sostenían que nunca fueron
beneficiarios de ningún subsidio, el
fiscal Perez Sierra, consumando una gran estafa procesal, logró tapar la verdad y
sobreseer a los dirigentes peronistas imputados.
Su investigación
fue avalada por el ex juez Enrique Mozzota, el mismo que sobreseyó a el ex
senador frepasista Jorge Bodega, acusado de haber recibido una coima de 400 mil
dólares del bloque peronista, quien determinó que Olivero "había actuado de buena fe".
Al poco tiempo,
en esta Córdoba surrealista, Olivero fue nombrado Ministro de la Solidaridad de
la provincia, cargo desde donde manejó millones de pesos en subsidios.
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