Dique San Roque: La historia oscura de un negociado
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PRIMERA PARTE
LA VERDADERA HISTORIA DEL VIEJO DIQUE SAN ROQUE. ESCRIBE: LÁZARO LLORENS
En 1886, una semana después que el cordobés Miguel Juárez Celman asumiera la presidencia, comenzó a construirse, el viejo dique San Roque. La obra había comenzado a ser proyectada cuando Juárez Celman era gobernador de la provincia, y Roca presidente. La construcción del dique, de corta vida y que nunca funcionó a pleno, implicó el pago de ¡ 7.000 kg de oro ! A valores actuales unos 1.200 millones de pesos. En ellas estuvieron involucrados: • Felix Funes: diputado provincial, cuñado del presidente Juárez Celman y Argentino Roca, y socio de la empresa constructora “Funes, Bialet Massé y Cía”. Era el encargado de cobrar los certificados de la obra, (cobraba el 5% de los certificados) y de las influencia políticas. Funes era hermano de Elisa Funes Díaz, esposa de Juárez Celman, y De Clara Funes Díaz, esposa de Roca.
• Bialet Massé, Medico-Abogado. Aportó las cales hidráulicas para la construcción del dique y su ingenio constructivo.
• Ingeniero Carlos Cassaffousth, amigo de Alejandro Eiffel, ligado desde un comienzo a la construcción del dique.
En 1883 fue contratado por el entonces gobernador Juárez Celman para elaborar el proyecto. Luego, adjudicadas las obras, fue su director, por las cuales también cobraba un porcentaje. La polémica en torno a esta obra, en la cual trabajaron unos 7 mil hombres, y en su momento fue la represa de agua más grande del mundo, estalló el 7 de octubre de 1882. Ese día, la policía se presentó en la facultad de ingeniería y se llevó preso a Cassafousth. Luego, a la noche, también arrestó en su domicilio a Bialet Massé. Ambos, ante el grito de “Ladrones”, terminaron tras las rejas, donde estuvieron 13 meses encerrados en el Departamento de Policía de Córdoba. Se los acusaba de malversación de caudales públicos y de defraudación contra la administración pública. El único que se salvó fue el cuñado del presidente Juarez Celman, Félix Funes, quien gracias a sus fueros como legislador provincial, evitó recalar en la penitenciaría junto a Cassafousth y Bialet Massé. Se los acusaba de haber construido el dique con serias deficiencias técnicas. A punto tal que este no podía ser llenado en su cota máxima porque comenzaba a temblar. Y, cuando eso pasaba, el pánico de “el dique se viniera encima” se expandía entre todos los pobladores de las costas del Río Suquia y de la ciudad de Córdoba.
SEGUNDA PARTE
Las pericias técnicas, que dieron vida a la causa, y que fueron encargadas por el presidente Pellegrini al ingeniero Federico Stavelius, dieron cuenta que, además de ser construido con materiales de mala calidad, el viejo dique San Roque, tenía una deficiencia constructiva letal. No fue construido como un muro macizo de mampostería de piedra, con junta tomada con cal, como estaba previsto en el proyecto. Sino que fue ejecutado mediante dos delgadas paredes de mampostería, llenadas a granel con cal y piedra. Esto hizo que con las filtraciones de agua, la cal fuese arrastrada por el agua, dejando en el muro solo las piedras que se zangoloteaban cada vez que el lago se acercaba a su cota máxima. Esto era lo que originaba el temblor del muro, que llegaba a mover hasta las tejas de las casas del cuidador del dique. En la investigación judicial, impulsada a requerimiento del gobernador Manuel Pizzarro, se comprobó también que Bialet Massé y Cassafousth habían defraudado a la provincia, con adicionales de trabajos con precios estafatorios, adelantos injustificados y recepción de obras irregulares. Pero lo más grave: se los imputó de haber medido y cobrado un dique que no existía. En otras palabras, Funes, Bialet Massé y Cassafousth cobraron por haber construido un muro de 43 mil metros cúbicos de mampostería. Sin embargo, posteriores mediciones comprobaron que el dique sólo tenía… ¡ 30 mil metros cúbicos ! Con lo cual, los empresarios se cobraron 13 mil metros de mampostería que nunca existieron. De la cual, el 5% fue a parar a los bolsillos de Funes, cuñado de Juarez Celman y Roca. Este último luego poseedor de una inmensa fortuna. La causa del dique, como todas las causas que involucran al poder, terminó en la nada. Luego de 13 meses, en 1893, el juez Antenor De la Vega, decidido absolver a Bialet Massé y Cassafousth con costas para la Provincia. En su sentencia, De la Vega, no desmintió las acusaciones que pesaban contra los empresarios. Sólo alegó que la principal prueba que comprometía a los imputados, el cobro de 13 mil metros cuadrados de mampostería que a todas luces no existía, estaba firmado por el ingeniero Stravelius. Un ingeniero de origen sueco, que no tenía homologado el título en Argentina. Así fue como la justica cordobesa, “la mejor del país”, logró dejar en libertad al ingeniero Cassafousth y Bialet Massé. Al otro día de conocerse la sentencia, renunció el gobernador Pizzaro.
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