PRIMERA PARTE RÍO TERCERO: LOS MUERTOS DE LA CAUSA. ESCRIBE: ADOLFO STRUCK Existe un antes y un después del 3 de noviembre de 1995 en la historia de Río Tercero. 7 muertos, trescientos heridos y 10.000 evacuados, fueron el resultado de la voladura de la Fábrica Militar. Esa mañana, el encubrimiento del tráfico de armas a Croacia y Ecuador, hizo volar la ciudad. La versión oficial no convencía a nadie, y menos a los familiares de las víctimas como Ana Gritti, viuda de un empleado de la fábrica, quién se convirtió en querellante en la causa penal. Dicha causa durante diez años estuvo a cargo del juez federal Luis Martínez, el cual suscribió siempre la hipótesis del accidente. Simultáneamente avanzaba la causa por contrabando de 6.500 toneladas de armas a Croacia y Ecuador; y crecía la sospecha de que las armas habían salido desde Fabricaciones Militares en Río Tercero. El encubrimiento del tráfico y del atentado empezaba y sólo era posible con la desaparición de testigos claves. El 8 de octubre de 1996, el general Juan Carlos Andreoli y el coronel Rodolfo Aguilar, junto con dos jefes del ejército peruano y sus esposas- murieron al estrellarse el helicóptero en el que se desplazaban, en el campo de polo de Palermo. Andreoli fue interventor en la dirección de Fabricaciones Militares. Aguilar advirtió al embajador argentino en Lima sobre los embarques ilegales. Estos serían sólo los primeros crímenes ocurridos para garantizar que Carlos Menem y sus ministros Camilión, Di tella y Cavallo; además de su cuñado Emir Yoma, resultaran libres de culpa y cargo. SEGUNDA PARTE Seis muertos para sostener la impunidad de Menem y sus secuaces no fueron suficientes. Dos años después de la discreta caída del helicóptero, se produjo un “suicidio”. Se trataba del Capitán de Navío retirado Horacio Estrada. Este último supervisó los envíos de armas y su deceso se produjo durante el 25 de agosto de 1998 por un disparo en la sien izquierda, mientras que él tenía un arma en su mano derecha. En el registro de los correos electrónicos de Estrada que consta en el expediente de la causa armas se describe la trayectoria de las armas, las cuales partieron desde Río tercero. Los traficantes de armas con los que había negociado Estrada como Lasnaud y Palleros, aseguraron que Menem estaba al tanto de los envíos". El 98 sería un año de más tragedias humanas con respecto a las causas armas y Río Tercero. Vicente Bruzza, técnico de la planta de Río Tercero, murió ese año de un ataque cardíaco. En vida este técnico denunció irregularidades en la explosión y en la exportación de armas. Francisco Callejas, otro técnico de Río Tercero, también murió de un paro cardíaco tres meses después de declarar ante el juez Jorge Urso, por la causa armas. Callejas viajó en el año 93 a Croacia para calibrar tres cañones. Un "paro cardíaco" más para la lista fue el que sufrió Carlos Alberto Alonso, quien estuvo a cargo de los controles que la Aduana debería haber realizado durante la venta ilegal de armas. “Accidentes” y ataques cardíacos alejaban cada vez más la posibilidad de que los autores intelectuales del atentado fueran a la cárcel. Durante años sólo estuvieron imputados los directivos de Fabricaciones militares Carlos Franke, Edberto González de la Vega y Jorge Cornejo Torino; y los principales responsables de la Fábrica Militar de Río Tercero; Oscar Quiroga y Marcelo Gatto. Año 2001: la detención de Carlos Menem por la causa armas generó esperanzas en el camino hacia la justicia para Río Tercero. Ese mismo año el banquero Mario Perel apareció muerto junto a su esposa en una casa de veraneo en Cariló. Habría dado datos importantes a sobre las cadenas de lavado de dinero del menemismo y en particular las del tráfico de armas. La muerte del banquero para la justicia fue un "Suicidio" materializado con un tiro a un metro de distancia. En el año 2003 pasaron dos cosas. La primera fue positiva para la causa. Ingenieros de la Universidad de Córdoba actuaron como peritos y concluyeron que las explosiones fueron programadas y coordinadas por expertos en explosivos. La segunda fue muy negativa. Se designó al conjuez Diego Estévez a cargo de la causa. Este sobreseyó a los militares imputados y cuestionaba la veracidad de la pericia que determinada el origen premeditado de la explosión. El fallo fue un escándalo. Se determinó que Estévez utilizo como fuente para objetar la pericia de la explosión una monografía de la pagina web rincóndelvago.com. La Cámara Federal de Córdoba aparto a Estévez por “desconocimiento del derecho” y anulo el sobreseimiento a los imputados. Durante aquel fatídico 2003 murió otra testigo clave. Lourdes Di Natale, ex secretaria de Emir Yoma, que debía declarar en la causa Armas y posiblemente podría volver hacer encarcelar a Menem. Nunca llegó. Murió al caer del balcón del departamento en el que se alojaba. Se está investigando si la causa de su muerte fue suicidio, accidente u homicidio. Tras el papelón de Estévez y luego del fallecimiento de la testigo clave, se designó el juez federal Valentinuzzi, el cual avanzó sobre la conexión con la venta ilegal de armas y procesó a Menem. El procesamiento duró poco, en agosto de la 2010 la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba dictó la "falta de mérito" al ex presidente. La causa por el atentado en Río Tercero no avanza y la única querellante, Ana Gritti, falleció el 8 de abril de este año. Carlos Menem, sus ex ministros, todos los militares de fabricaciones militares e inclusive el confeso traficante Diego Palleros fueron absueltos en la causa armas el último 17 de septiembre por el tribunal Oral n° 3 en lo penal económico. El falló quedará para la historia, los magistrados sentenciaron que el delito existió, pero no hubo delincuentes. 11 muertos fueron suficientes. La impunidad está garantizada.
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