Cardenal Primatesta. Oscura historia del poderoso sacerdote
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- 23 de Noviembre de 2024
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PRIMERA PARTE
LA HISTORIA OSCURA DEL SACERDOTE MÁS PODEROSO DE
EL CARDENAL PRIMATESTA. ESCRIBE: JUAN IGNACIO GARCÍA QUIROGA.
Cardenal Raúl Francisco Primatesta:
Durante 33 años arzobispo de Córdoba, cuatro veces
presidente de
más públicamente cuestionadas por sus vinculaciones con la dictadura militar y
por algunos oscuros negocios con el ex empresario Alfredo Yabran.
Falleció a los 87 años, por la mañana, en su departamento
particular de Córdoba capital.
Durante tres décadas, Primatesta fue una figura
político-institucional muy influyente tanto en la Iglesia como en la vida
política del país.
Mantuvo una relación muy estrecha con los militares que condujeron
el terrorismo de Estado.
Defendió la actitud de la jerarquía católica durante esa
época y, ante sus pares, se opuso una y otra vez a cualquier autocrítica
institucional de la Iglesia respecto de lo actuado entre 1976 y 1983.
Apenas cuando la figura de Primatesta entró en declive, los
obispos ensayaron una tibia autocrítica por lo realizado en materia de defensa
de los derechos humanos.
Al fallecido cardenal cordobés se lo recuerda también por su
negativa absoluta a recibir a las Madres de Plaza de Mayo cada vez que éstas se
lo solicitaron con la intención de pedirle que colaborara en la demanda de
justicia para los desaparecidos y sus familias.
Figura de fuerte personalidad, ejerció un poder casi sin
límites dentro de la Iglesia argentina, lo que le permitió no sólo ser interlocutor
de presidentes democráticos y poderes de todo tipo sino, también, influir
decididamente en la designación de obispos y en las orientaciones y
pronunciamientos del Episcopado.
El cuerpo de Primatesta fue velado en la Catedral cordobesa,
ante una multitud, y fue sepultado en el mismo lugar.
En la homilía de la misa de cuerpo presente, el arzobispo de
Córdoba, Carlos Ñañez, expresó su “agradecimiento” a Primatesta y recordó que
“me recibió en el Seminario, me ordenó sacerdote y me consagró obispo.
Primatesta –que había nacido en Capilla del Señor, provincia
de Buenos Aires, el 14 de abril de 1919– falleció como resultado de una
enfermedad coronaria que lo afectaba desde hace años.
Su primera responsabilidad como obispo fue en el cargo de
auxiliar de La Plata, donde recibió el 15 de agosto de 1957 la consagración
episcopal de manos de Antonio Plaza y Adolfo Tortolo, otros dos obispos que
luego estarían claramente vinculados con la dictadura militar.
Desde 1961 fue el primer obispo de San Rafael (Mendoza).
En 1965 se hizo cargo de la titularidad del Arzobispado de
Córdoba.
En 1973, el papa Paulo VI lo ungió cardenal.
En 1994 presentó la renuncia al gobierno pastoral de la
Arquidiócesis de Córdoba por alcanzar la edad de 75 años, pero Juan Pablo II le
prorrogó su mandato y le aceptó la renuncia sólo mucho tiempo después, en 1998.
SEGUNDAPARTE
Poco antes de morir el Cardenal Primatesta, en abril del
2004, el Premio Nobel de
Esquivel y la abogada de María Elba Martínez presentaron ante la Justicia
federal una denuncias que involucró directamente al fallecido cardenal con
última dictadura militar.
La denuncia tuvo que ver con el secuestro, encarcelamiento y
tortura de los sacerdotes Alejandro Dauzá, Santiago Weeks, Alfredo Velarde,
Daniel García Carranza y Humberto Pantoja, todos misioneros de la Orden de
Nuestra Señora de La Salette.
Los curas finalmente salvaron su vida por “maniobras que
rápidamente realizó el Consulado de Estados Unidos, ya que Weeks era
norteamericano”, contó Martínez.
Estos curas hacían trabajo pastoral en villas de emergencia
de la capital cordobesa y fueron sindicados por los militares como
“subversivos”.
Fueron secuestrados en 1976, trasladados al D2 de
Inteligencia de la provincia de Córdoba, golpeados, torturados y llevados al
campo de concentración La Perla.
De allí a la cárcel de San Martín, a Encausados y de nuevo a
La Perla.
Uno de los interrogadores era Rubén “El Cura” Magaldi, gran
conocedor de
Iglesia Católica
clandestino.
“El operativo duró alrededor de dos semanas, y al final
parte de la iglesia claretiana y el gobierno norteamericano lograron sacarlos
del país sin documentos. La razón de esta presentación es ofrecer pruebas de la
responsabilidad ética y moral que tuvo en esto el ex arzobispo cordobés Raúl
Primatesta, quien no defendía a los sacerdotes tercermundistas, hecho que
comprobamos a partir de cartas y otros documentos firmados por él, en los
cuales queda manifiesta su complicidad con el accionar militar”, señaló Pérez
Esquivel.
Poco años ante había estallado otro escándalo en las barbas
del cardenal.
Fue a comienzos de 1997 cuando se conoció una presunta
vinculación de Primatesta con el empresario postal Alfredo Yabran, a través del
vicario general de la Arquidiócesis, Marcelo Martorell, amigo íntimo del
empresario postal.
En esa oportunidad se denunció que el Arzobispado de Córdoba
tenía acciones en las empresas OCA, Ocasa y Juncadella.
"Nunca he recibido donaciones en efectivo. La donación
que este Arzobispado ha recibido de
registrados en la DGI" se excuso Primatesta.
"Está todo asentado en la DGI, como corresponde; es
algo totalmente transparente" agregó luego de un prolongado silencio.
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