PRIMERA PARTE
UN SÍNDROME CADA VEZ MÁS FRECUENTE: EL ACOSO. ESCRIBE: DANIEL
PERALTA
En los últimos
años el síndrome de acoso grupal o
mobbing ha generado mucha preocupación en los profesionales de la salud mental,
ya que de él se pueden derivar complicaciones severas.
El concepto de acoso grupal o mobbing fue presentado por
el psicólogo Konrad Lorenz, como resultado de sus observaciones en diversas
especies de animales en libertad.
El mobbing es el ataque de una unión de miembros débiles
de una misma especie contra un individuo más fuerte.
En la actualidad, se aplica a situaciones grupales en las
que un sujeto es sometido a persecución, agravio o presión psicológica por uno
o varios miembros del grupo al que pertenece, con la complicidad del resto.
En realidad, el fenómeno, aunque hasta hace poco tiempo
casi ignorado, es conocido desde el pasado como síndrome del chivo expiatorio.
En la antiguedad algunas tribus utilizaban un animal
sobre el cual se depositaba todo los males de la comunidad y se expulsaba ese
mal mediante castigos, exilio o directamente el sacrificio.
En el siglo 21, siglo de la posmodernidad, el maltrato se
ha potenciado y se encuentra principalmente en instituciones como la escuela,
fuerzas del orden y cárceles.
Dentro del ámbito laboral, parece darse con más
frecuencia en universidades, hospitales y Ong, aunque ninguna entidad, pública
o privada, parece estar a salvo del problema.
La humillación está presente en todo grupo social,
siempre hay un elegido sobre el cual cargar nuestras culpas, o si no piense
entre su grupo más cercano, incluso el familiar.
SEGUNDA PARTE
Existe un lugar
por el cual todos hemos pasado y en donde el acoso es permanente: la escuela.
Desde el jardín y
hasta en los doctorados siempre hay un chivo expiatorio sobre quien cargar los
males del grupo.
La víctima del síndrome
de acoso grupal por lo general es diferente en aspecto, conducta,
valores y actitudes, con respecto al resto de la clase.
No viste como el común de la gente, se comunica distinto
o sus actitudes no son del agrado del grupo.
¿Cómo no ser víctima del acoso?, en algún momento de
nuestras vidas todos lo hemos padecido, pero ocurren casos donde se puede
determinar que la comunicación dentro de un grupo es patológica.
Para evitar esto en nuestros círculos cercanos resulta
interesante realizarnos algunas preguntas, sobre todo para aquellos que tienen
hijos en el ámbito escolar, un sitio donde se dan con mayor frecuencia estos
hechos.
¿Tu hijo habla sobre las situaciones de violencia verbal
o física que se viven en la escuela?
¿Quién suele reprimir estas situaciones de acoso?
¿Le has preguntado a tu hijo cómo reacciona él ante lo
diferente?
El síndrome de mobbing
presenta un cuadro clínico similar al del desgaste profesional, llamado burn-out
o síndrome del quemado.
Las sensaciones son las de estar desbordado.
Cansancio emocional, que se traduce por abatimiento
físico y psíquico.
Sentimientos de impotencia y desesperanza.
Desarrollo de un autoconcepto negativo y actitudes
negativas hacia el trabajo y la vida en general.
Aislamiento, traducido en la conducta a través del ausentismo
y abandono del sistema.
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